El Ferrocarril de Sóller celebró ayer por todo lo alto que su tren lleva un siglo en funcionamiento y que, pese a ser ya una reliquia, goza de un muy buen estado de salud, constituye todo un símbolo en la comarca, es una importante fuente de ingresos gracias a los más de 720.000 pasajeros anuales y representa un motor económico para el municipio. El tren de Sóller se construyó a comienzos del siglo XX, cuando apenas estaba popularizado el uso del coche. La idea era que la ciudad pudiera estar mejor comunicada con la capital y el resto de la Isla. 150 valientes accionistas locales, encabezados por el visionario Jeroni Estades, consiguieron reunir un capital inicial de 3.100.000 pesetas de entonces y en menos de cinco años ejecutaron unas complicadas obras que precisaron de la perforación de trece túneles –uno de ellos de 2.900 metros de longitud– para superar la barrera de la Serra d’Alfàbia.
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Imagen de uno de los primeros viajes del tren. |